Son 5 días los que faltan para el mundial y 10 días para el debut de Chile. No faltan los grupos de Facebook que están relacionados a este, se escuchan frases como “No, yo no voy a ir a clases los días en que juegue Chile” o “Cacha que a los de tal carrera en tal universidad les dieron feriado los días en que juega la Roja”, y la típica: “Hace doce años que no vamos al mundial, no puedo creer que esto esté pasando”.Casi todos están que cortan las huinchas por que empiece. Casi.
En esta época de entusiasmo colectivo son muy pocos los que se detienen a meditar un poco en el asunto. No me gusta el fútbol. Pero no es que no me guste este deporte como tal o que me provoque aburrimiento verlo, no me gusta lo que representa. Ya le he dicho mi opinión a varios, y la respuesta es siempre la misma:“El fútbol une y provoca un efecto en la gente. Los hace felices”. Y ese es justamente el punto: el fútbol como fuente de felicidad.
Vivimos en una sociedad en la que desde chicos encendemos la tele y si no están dando un partido, podemos ver en las noticias, en la sección “Deportes” (que no estaría mal cambiarle el nombre a “Fútbol”) los resultados de los últimos partidos, el avance de la carrera de los jugadores y todo tipo de novedades relacionadas, y de una forma más burda podemos ver las escandalosas relaciones sentimentales que tienen nuestros futbolistas.
La sociedad, la cultura, el entorno, todo nos lleva a sentirlo como una forma de vida.
Raro es que alguien (un hombre sobre todo) no siga a un equipo de fútbol, descabellado es que no se ame al equipo nacional. Entonces ahí entra el “por qué”. ¿Por qué el fútbol? Nuestra idiosincrasia chilena toma al fútbol como amo y señor de los deportes. De repente el tenis, pero el tenis es Fernando González, era Massú cuando ganó las Olimpiadas, era Marcelo Ríos cuando salió Nº1 del ranking mundial, y eran otros en los que mis dieciocho años de vida no me dejan ahondar. Y ahí está toda la variación de deporte que tenemos -que por cierto dura sólo en los momentos de buena racha de los tenistas, de lo contrario no sabemos ni lo que es una raqueta-. Y volvemos al fútbol.
Fútbol como deporte mundial, escuché una vez. Es cierto, lo que me hace pensar más aún en el asunto. Pero ahí no sé cuál es el peor problema, el mundo privilegiando un deporte sobre el otro, o Chile -como un ente y como un gobierno, sea cual sea- siguiendo la corriente, sin la capacidad de promover la diversidad deportiva, el apoyo a todos aquellos que creen que hay más que el fútbol y que tienen el sueño de sacar adelante su propia pasión deportiva.
Resulta extremadamente cómodo dejar que el fútbol se desenvuelva en todo su esplendor, nuestro “Chupete” Suazo se nos lesiona y no existe nada que sea más importante, no hay noticia que lo opaque. Cientos de deportistas sueñan con un auspicio del gobierno -uno que no sea sólo pagarle el pasaje y que no incluya el olvido de la inscripción al campeonato que puede serfundamental- para poder demostrar lo bueno que se puede ser en otros deportes, pero la respuesta llega tarde, mal o nunca. Total a casi nadie le importa, casi.
La verdad es que no pretendo hacer cambiar de mentalidad a la gente. El fútbol es inculcado en nuestras cabezas, y la posibilidad de generar una respuesta en contra de esto es la misma de que Chile gane el mundial, dos veces seguidas.
Pan y circo. Circo y pan. Circo, y sólo circo.
"Veru"

Veru, buena reflexión, interesante igual al fin encontrar una posición decente contra el fútbol.
Aun asi, me queda algo dando vueltas. Básicamente, nuestros instintos nos mueven a competir los unos contra los otros. Si esto es así, que sea con 22 personas jugando con el esférico, y no con millones con pistolas.
Si la simpleza en la felicidad es mala (o criticable por serlo), matemos a jesús que es felicidad instantánea =)
Saludos!
P.D sorry si ofendo a alguien, estoy reprimido.
Me gusta harto el final. Y nacho desde "básicamente" en adelante discrepo contigo en todo.
No somos seres competitivos?
O jesus no es felicidad instantanea?
Mucha opinión y poco análisis para un artículo de nombre tan pretensioso. Falta el arte de la guerra, los tipos psicológicos de Jung, la pirámide de maslow (hasta ahora puro name dropping) y pegarse la "avispá" de que el futbol tiene tanto éxito por que con una pelota y cualquier cosa que delimite un arco se puede entrener un grupo grande de personas, mientras que en otros deportes (como el tenis) se necesitan muchos más implementos para muchos menos jugadores.