Soberbia interpretación de la Cantata Santa María


El pasado lunes 4 de octubre, en el Bar La Tertulia de Valparaíso, aproximadamente 140 espectadores presenciaron una emocionante e íntima versión de la Cantata Santa María. Alumnos de Música y Derecho PUCV, Fonoaudiología UV, y siete integrantes de nuestra escuela (Paulo Gnecco, Giorgio Nicolini, Emilia Schlack, Rodrigo Vattuone, Pablo Vox y Valentina Narbona, todos de 2do año, y el Dr. Carlos Schlack) dieron vida a la famosa interpretación del grupo Quilapayún. El arduo trabajo de dos meses se vió reflejado en una impecable presentación, que rindió un sentido homenaje a las los miles de obreros asesinados en Iquique hace 103 años.

En octubre se llevará a cabo una nueva presentación, probablemente en el Auditorio Pedro Uribe Concha de nuestra Facultad. La fecha está por confirmar, así que a estar atentos, ya que junto a los JIM son los imperdibles del mes de octubre.


STAFF DIFUSIÓN

CEMUV

Bicentenario, nada que celebrar

El hecho de cumplir 200 años desde los primeros atisbos de independencia es algo para celebrar, ya sea con chicha, empanadas, fuegos artificiales u obras públicas/eventos con el apellido “Bicentenario”. Pero el cumplir 50, 100, 200 o 500 años de historia no debería llevarnos a olvidar los problemas de fondo que tenemos como sociedad y mucho menos sumirnos en una suerte de éxtasis nacionalista (sólo vista en los partidos de la selección y en la teletón) que nos saque de la realidad nacional y nos haga sacar conclusiones erróneas de lo que tenemos hoy en día como chilenos.

Resulta impresionante ver como se ha abusado en el último tiempo, por parte del Gobierno como por el Comercio, del Bicentenario como una forma de olvidar todo lo viciado y reprochable que ocurre en nuestro país. Si se entregaron “Obras Bicentenario” que tienen por objetivo dar cuenta de esta fecha, creo que con mucha mayor fuerza se debieron entregar políticas públicas Bicentenario que apuntaran a los reales problemas que tenemos como sociedad, y no a que una ciudad no tenga un estadio donde su equipo de fútbol pueda jugar.

Es indignante que a varias décadas de estar constituidos como República aún no tengamos una educación pública equitativa y siga siendo un instrumento de creación de mano de obra barata, o que existan desigualdades tan aberrantes entre la salud de los pobres con los no tan pobres con los no tan ricos y los ricos, o que a pesar de múltiples reconocimientos internacionales todavía no seamos capaces de darle el respeto que merecen a todas las naciones que conforman el Estado de Chile, o que el 80% (acepto discusión sobre si este porcentaje puede ser mayor) de la población se nutra de lo que cae por “rebalse” de los espectaculares indicadores macroeconómicos de nuestro país, o que aún no tengamos una democracia donde cada ciudadano pueda elegir a sus autoridades y no que grupos de poder las pre-seleccionen a su conveniencia. La lista es sumamente larga y desalentadora.

Quizá se pueda celebrar un cumpleaños más (y anótese como uno más), pero para sentirnos orgullosos de lo que realmente somos falta mucha agua bajo el puente, todavía la cantidad no se impone a la calidad de país. Por el momento contentémonos con comer asado, empanadas y emborracharnos de chicha/vino para seguir “celebrando este bicentenario como dios manda”, siempre con la esperanza de que algún día podamos corregir aunque sea un granito de arena todos los vicios.




Rodrigo Sandia Zúñiga

V Medicina UV

El que no llora, no mama


El inicio de la construcción de lo que, se supone, será un nuevo y moderno Hospital Gustavo Fricke nos ha traído más de un dolor de cabeza a los que integramos la Escuela de Medicina de la UV. Primero nos despojaron de nuestra querida “Torta”. Perdimos así un auditorio, que vio iniciarse en la clínica a tantas generaciones de 3ero, una sala, donde frecuentemente hacían sus pasos los internos, también baños, camarines, y la guardería, todo un clásico, custodiada por Fabián Vera, el Maestro.

Paralelamente se construía un nuevo auditorio en el Hospital, el “Jorge Kaplan”, que alimentaba nuestras esperanzas de que seguiríamos manteniendo inalterada la comunión entre las clases magistrales y los pasos prácticos. Posteriormente, a fuerza de silbidos, gritos y constantes e impertinentes toques a la puerta (en plena clase), nos dimos cuenta de que al “Kaplan” y al “Lucas Sierra” lo único que les quedaba de académicos, eran los nombres de los grandes maestros de la cirugía chilena a los que rinden honores.

Cuando nos acostumbrábamos al hacinamiento de la “casita de la pradera”, lugar que a duras penas trató de solventar el enorme déficit de infraestructura, el Hospital ordena a fines del 2009 que la universidad desocupe esas dependencias. Un verano y un terremoto después, esa casa es utilizada ahora por la FENATS.

Como hijo no deseado, no reconocido, pero orgulloso, buscamos refugio cerca de nuestro Campo Clínico. Una pequeña casa a solo dos cuadras del Fricke reúne, o amontona, la secretaría, la guardería, baño-camarín y una pieza (no le alcanza para sala) de reuniones. Las dos cuadras, que en el papel se ven poco, no dejan de ser una incomodidad para los que realizamos actividades en el hospital.

Ahora bien, ¿Usted cree, señor lector, que los estudiantes de medicina hemos levantado la voz con respecto a tamaño “dejo de la mano de Dios”? La verdad es que somos muy juiciosos, con un terremoto y con el descalabro económico que ha vivido la UV, sería una desconsideración terrible solicitarle a Rectoría un espacio digno donde aprender. Aportar los más altos puntajes de ingreso y el segundo arancel más caro no parecen ser argumentos suficientes para optar a la misma infraestructura que gozan nuestros compañeros de otras carreras.

Hace algunas semanas el Pro-rector de la UV visitó nuestra nueva “casita” y se impactó por las precarias condiciones en las cuales nos desenvolvemos. Es un secreto a voces que la solución definitiva que está ponderando Rectoría es arrendar otra casita, muchísimo más grande, bonita y lejana (calle Jackson, dos cuadras del DUOC, 7-10 min caminando desde el Fricke), donde la UV podrá marcar presencia en el barrio estudiantil (Viana-Álvarez), pero donde difícilmente podremos tener un verdadero apoyo a la actividad docente que se realiza en el hospital.

Quizás usted se pregunte: ¿no habrá algo más cerca? Un letrero que dice “SE VENDE”, justo al frente del HGF, abre una luz de esperanza y da 800 metros cuadrados para pensar en grande: la nueva sede de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso en Viña del Mar, moderno edificio diseñado especialmente para el ejercicio de la docencia médica, con los más altos estándares de calidad, y solo a dos pasos del Hospital Gustavo Fricke… ¡Qué tal! ¡Soñar no cuesta nada!

Tal vez es tiempo de que nuestras autoridades se la jueguen por potenciar una de las facultades más prestigiosas de la UV. Tal vez llegó el momento de dejar de arrendar, para comenzar a invertir en la universidad de excelencia que todos queremos. Y digámoslo con absoluta seguridad: medicina es una inversión segura, que sin dudas hará fecundos todos los esfuerzos y todos los recursos.

¡Participemos activamente en el proceso de adquisición de este nuevo edificio/casa, sea donde sea este se ubique! ¡Hagámosle saber a las autoridades nuestra opinión!


Manuel Vargas

4to Medicina UV

Intención

No pude evitar reflexionar sobre la asamblea de hoy, las posturas y por sobre todo la intención. El tema de la ausencia de quórum, aunque siempre grave y vergonzosa, lo dejo voluntariamente de lado, mi reflexión hoy es sobre la intención que tenemos como estudiantes de medicina de una universidad pública y estatal, de verdaderamente estar por la defensa de la educación pública y gastar tiempo y recursos en conseguir finalmente, lo deseado por todos de la boca hacia afuera.

En este contexto me parece relativamente importante hablar de lo último, las palabras, nuestras palabras, aquellas que en teoría debiesen ser reflejo de nuestra intención. No he escuchado a ningún miembro de nuestra comunidad estudiantil pronunciarse a favor de medidas que tiendan a la homogeneización de la educación superior, o a la "igualdad" entre universidades con misiones/visiones absolutamente distintas para postular y concursar por recursos entregados por el estado, según resultados. Me parece lógico pensar que no hay quienes estén verbalmente en desacuerdo, a fin de cuentas eso constituiría una suerte de suicidio en el entendido de que estarían a favor de medidas que van en directo desmedro de nuestra propia realidad.

Sin embargo, y teniendo como evidencia no sólo la asamblea extraordinaria de hoy, sino que todas las que la han precedido desde mi reciente incorporación a la escuela, no puedo si no pensar, que la verbalización de apoyo a las causas convocadas por la CONFECh o nuestra propia Federación (FEUV) no son nada más que constructos lingüisticos pronunciados al azar, frases carentes de un significado real.

Apoyar una movilización masiva, concitada por todas las autoridades políticas de las universidades tradicionales de este país y no adherir a ella con paralización de actividades es a fin de cuentas, no adherir a ella. Contertulios (por no decir compañeros por la enorme irritabilidad que tiene esta palabra en el estudiante de medicina promedio) hemos de saber a plena consciencia, que todo logro político (como lo es la revalidación de la educación pública por parte de un estado casi 40 años ausente) implica sacrificios y el pretender un logro sin estar dispuestos a sufrir los sacrificios que éste implica, es finalmente, no pretender realmente el logro que queremos.

Parafraseando a Parra: no agrupemos palabras al azar, a la última moda de París.

Y si su intención es contraria al proyecto de educación pública frecuentemente proclamado, no mientan, la sinceridad se agradece.


Paulo Gnecco Tapia

II año

A mis queridos alumnos: una aclaración

Les escribo para confirmarles y aclararles que no me he ido de la Universidad de Valparaíso. He escuchado rumores y he recibido preguntas de muchos de Uds. Sólo aclarar que he dejado la jefatura de Cátedra de Medicina del campo clínico del H Gustavo Fricke; y que me pidieron de la Escuela que dejara el rol de médico a cargo de internos.

Pero, uds., los alumnos, son los que me han energizado estos últimos años. A Uds., mis queridos alumnos de la UV, les agradezco el cariño, la entrega que recibo, y como digo yo, "el permitirme caminar a vuestro lado algunos meses de sus vidas".

Aunque tal vez algunos colegas lo desean, no me iré de la Universidad de Valparaíso, seguiré entregando desde un rol menos protagónico (pero no menos intenso, pues es así como me enseñaron mis padres), mi amor por la docencia, mi gusto por la medicina, mi disfrute de la relación médico paciente.

Como escuché siempre en mi casa: lo importante es intentar ser mejores personas cada día, estando bien para poder entregar, agradecer lo mucho que recibimos día a día, y vivir en forma consecuente con lo que somos en profundidad.

Sólo deseo que mi querida Alma Matter reencuentre la armonía, las buenas relaciones y el interés común que motivó a nuestros maestros antecesores su creación hace tan sólo unas 4 décadas.


¡Muchas Gracias!


Dra. Victoria Novik
Prof. adjunto Universidad de Valparaíso

Errando

No me logro acordar cuándo fue que perdí el camino. Debe haber sido cuando las luces que titilaban tan fuertemente comenzaron a ofuscarse, pero no porque la oscuridad se hiciera más intensa, sino porque comencé a entrecerrar los ojos. No hay peor ciego que aquél que no quiere ver y yo estuve a punto de sacarme los ojos.

Me perdí en la tormenta que yo mismo comencé a agitar, el polvo en mis ojos, el frío calando mis huesos, mi espíritu respirando tan lentamente. El tiempo parece fluir tan lentamente cuando las tempestades lo dejan a uno varado, hundiéndose con las cargas que uno prefiere no soltar. Tan lentamente.

Tenía los ojos tan fuertemente cerrados que no veía esa gente, tirando de mis brazos, intentando sacarme del abismo que yo mismo creé. Furia, odio, ira, miedo, vergüenza, todas agitándose, revolviéndose y yo en el ojo de la tormenta contemplando el caos desatado. Mi alma atrapada, asfixiándose.

A punto de cerrarlos completamente, vi un destello en el rabillo de mi ojo, lo seguí con la mirada, ¿de donde venía? Lo logré tocar, me aferré a él con todas mis fuerzas, no lo iba a dejar ir, no esta vez. Me dejé arrastrar por el astro y llegué frente a un letrero. Había tantas flechas indicando diferentes caminos. ¿Cuál tomar? Daba lo mismo. Mientras siguiera uno.

Hice acopio de las fuerzas restantes, rompí las cadenas que sostenían mi espíritu, abrí bien los ojos y miré las maravillas que me negaba a ver. La luz invadió las cavernas y de pronto todo pareció tan claro y nítido. Vi mi propia luz, ya se me había olvidado que la tenía y la vi refulgiendo con tanta intensidad que llegó a lastimar mi vista.

Miré a mi alrededor y vi a los míos, brillando también, y ahí me di cuenta de cuánto tiempo estuve encerrado. Ahí fue cuando levanté mi espíritu y comencé a vivir nuevamente.


"Ex Umbra in Solem"




JCS

Ahí estaba el pueblo y la Universidad debía estar a su servicio…

Con movimientos ciegos y un vacío que le roba el alma, funciona nuestra universidad, aunque presume normalidad.


A toda la comunidad educativa, sin excepción:

Por definición, una universidad se estructura en virtud de tres funciones: Docencia, Investigacion y Extensión. Es precisamente ésta última la ausente y sin embargo la única capaz de nutrirla de sentido.

La Extensión corresponde a la forma en que la universidad se vincula e incide en la sociedad, entendiendo esto como una interacción dinámica, de mutuo servicio, oportuna y crítica con la comunidad, de modo tal que la institución educativa dispone al servicio de la colectividad su conjunto de conocimientos humanístico y científico y, a su vez se nutre de su realidad social y económica, lo que permite encauzar su planificación, programación y sentido de sus actividades. En otros términos, corresponde a sacar el conocimiento de este claustro y ponerlo al servicio de las necesidades de la población, es ahí donde se ennoblece y adquiere sentido.

Es preciso visualizar la extensión más allá de una prestación de servicios circunstancial y asistencial, es del todo necesario concebirla como una actividad que remueve y retroalimente la docencia y la investigación; de modo tal que se forme a profesionales conscientes, críticos y transformadores de los problemas sociales y no sólo se instruya en conocimientos. O bien que se investigue, por ejemplo, en virtud de las enfermedades que más aquejan a la población y no en función de los medicamentos más rentables.

Paralelamente, se ha visto en diversas experiencias de Universidades Latinoamericanas que cuando se trabaja en la comunidad, contactando, conociendo, sirviendo, intercambiando con la gente aprendiendo de su saber, palpando y compenetrándose en sus necesidades, en un ambiente de horizontalidad democrática y sentido de cooperación, el estudiante universitario se concientiza y forma con mayor integridad, se humaniza.

Esto último nos lleva a cuestionar el espacio “sala de clases” como lugar privilegiado de aprendizaje y promover el espacio de Extensión como formación en la interacción entre estudiantes, funcionarios, docentes y sociedad, permitiendo un desarrollo mutuo y colectivo, ya sea fuera o dentro de los límites de la Universidad.

¡Caminemos comunidad educativa, situemos la cultura más allá de los muros de la Universidad, procurémosle vida a este cadáver académico, ahí donde se ennoblece y toma sentido, al servicio del desarrollo en conjunto! ¡Vamos andar!



Equipo de Extensión

Centro de Estudiantes de Medicina

Universidad de Chile

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